El territorio en conflicto, con unas dimensiones aproximadas a las de la Península Ibérica, la mayoría desierto, tiene grandes riquezas naturales, principalmente fosfatos, gas natural, posiblemente petróleo, riqueza de pesca en sus costas y su posición geoestratégica como puente entre África Subsahariana y e Magreb.
Marruecos siempre ha considerado el territorio como parte integrante de sus fronteras, por lo que invadió militarmente el territorio del Sáhara Occidental con el beneplácito de Estados Unidos y Francia, aunque con la condena de Naciones Unidas.
El Frente Polisario, representante del pueblo saharaui, se opuso desde el primer día, a la repartición y la posterior invasión. Organizado como un ejército popular, practicó la guerra de guerrillas y las enfrentamientos directos contra Marruecos y Mauritania. Contaron con el apoyo militar y logístico de Argelia y Libia, aunque éste último, retirara su apoyo en 1984 tras el convenio firmado con Marruecos, el Tratado de Uxda, con el que el Magreb queda dividido en dos grandes bloques: Argelia, Mauritania y Túnez, por un lado, y por otro, para sorpresa de propios y extraños, Libia y Marruecos.
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