La Asociación Marroquí de Derechos Humanos denunció, mediante un informe, que el asalto al campamento Gdeim Izik, no dio oportunidad de que las mujeres, niños y ancianos, pudieran ser evacuados.
Esta asociación denunció torturas, detenciones ilegales y azuzamiento de marroquíes contra saharauis, como parte de un castigo colectivo. Las tropas y fuerzas de seguridad de Marruecos alentaron la destrucción y el saqueo de hogares saharauis.
Los detenidos saharauis están imputados ante la justicia civil y militar acusados de constitución de banda criminal, actos vandálicos y desobediencia y violencia contra funcionarios.
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