La atención sanitaria en los campamentos saharauis ha pasado por dos etapas diferentes. En los primeros años del éxodo y asentamiento, se produjeron muchos muertos por enfermedades y epidemias. Una vez pasados los primeros años, y controlada la situación inicial, se empezó a organizar la atención sanitaria primaria. Gracias a los esfuerzos de la administración saharaui y a la ayuda internacional, la mortalidad infantil y las epidemias se han reducido considerablemente.
Actualmente, existen factores que inciden directamente en la salud de la población saharaui: el hacinamiento, el escaso nivel de vida, las deficiencias alimentarias, los fenómenos climatológicos y la falta de agua. En este contexto, las enfermedades más comunes son las oftalmológicas (glaucoma, tracoma), las respiratorias (bronquitis, neumonía, asma), debidas a la carencia de vitamina A, al sol y al polvo del desierto, las anemias, las enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión, epilepsia), las digestivas (diarrea, gastritis) que se transmiten por el agua contaminada, las reumáticas, las dermatológicas (parásitos, alergias), las epidémicas (sarampión, varicela), las renales, el bocio y numerosos problemas dentales.
La principal carencia es de medicamentos básicos, analgésicos y antibióticos principalmente, de instrumental elemental y de equipamiento. Tampoco disponen de suficientes medios de transporte para el traslado de enfermos a los hospitales. Muchas mujeres tienen a sus hijos en sus jaimas, ayudadas por comadronas.
La principal carencia es de medicamentos básicos, analgésicos y antibióticos principalmente, de instrumental elemental y de equipamiento. Tampoco disponen de suficientes medios de transporte para el traslado de enfermos a los hospitales. Muchas mujeres tienen a sus hijos en sus jaimas, ayudadas por comadronas.
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